Que pasa en
Colombia.
El Porque de la situación actual en la que
vivimos.
Si se da una mirada retrospectiva a la historia
colombiana se puede percibir que, desde el periodo colonial, el afán de esta
sociedad ha sido la de imitar otras sociedades.
El
desprecio de lo propio está tan latente que se ha hecho propio lo de otras culturas
a las que no se ha pertenecido. Hubo luchas por mostrar en lo evidente que se debía
apropiar la tierra donde se había nacido, que se debía arraigar las propias
raíces, pero esto no ha sucedido.
La vergüenza fue
uno de los sentimientos presentes en el individuo mestizo colombiano, el
sentirse un individuo, dentro de una sociedad, solo lo era por las propiedades
que se tuviera. La pereza de crear se reflejó desde ese periodo colonial, fue
más fácil copiar que crear, y así se ha mantenido hasta ahora. La política, la
justicia, la estructura de un Estado, todo ha sido una barata copia, o europea
o norteamericana.
Todo esto ha pasado y pocos se han tomado el trabajo de
reflexionar, las personas se han sumido en un materialismo burdo, en la monarquía, en el individualismo, se han convertido los colombianos en personas
vacías, inconscientes de donde vienen, corruptas, destructivas, falsas,
mentirosas, creando la sociedad actual, en donde los valores de respeto, de tolerancia, de colaboración, de
responsabilidad, de amor, de igualdad, de justicia, de equidad, se han perdido
y cada vez los individuos, se ven sujetos a formar mecanismos de evasión.
lo que se ha hecho es olvidarse de quiénes eran, de dónde
venían y cuáles eran sus pensamientos, acoplándose, prefiriendo ser los
monigotes de los que tenían el poder legislativo y económico, lo cual no ha
cambiado así pasen años y siglos, puesto que, si el individuo no hace un alto
en su camino, toma conciencia de quién es, de qué quiere ser, de cómo quiere
que sea su sociedad, nunca existirán cambios radicales, que ofrezcan una nueva restructuración
individual y social.
la sociedad que se forjó en la época de colonización, se
transformó, dándole la naturaleza subdesarrollada que actualmente tiene este
país, en consecuencia, todas sus iniciativas ideológicas y formativas que se
realizaron, fueron creadas con base en intereses de pocos, lo cual fue egoísta,
materialista, consumista, además que permitió que una
clase social oportunista jerárquica que dividió nuestro país, nuestra gente, lo
nuestro, tuvieran todo el poder y reverencia.
La población que no despreció las culturas extranjeras, le
dio el rango, posición, importancia, valor, que hoy en día tiene la verdadera
sangre aborigen, y ni siquiera eran aborígenes, eran criollos producto del
mestizaje occidentalizados por imposiciones culturales no propias de la región.
En ese momento inicia
una constitución de patria, pero por otros personajes ya mestizados, producto
de invasión extranjera, ajenos a la verdadera cultura ancestral.
La identidad
queda perdida, el interés de constituir una se esfuma como una simple ilusión.
Puesto que los indígenas pobladores del territorio colombiano que tenían
arraigada su identidad eran minoría, por su inminente exterminio, y la minoría prefirió
callar, alejarse, dejar que unos nadie construyera lo que hoy es Colombia, por
miedo, por supervivencia, por desinterés, por frustración, por desencanto, por
una y mil razones posibles.
En el principio de este gran desastre, las bases
económicas se constituyeron acosta de nuestra tierra, de la naturaleza, y sin
ningún beneficio para los verdaderos dueños, todo fue imposición.
Da risa imaginar, que desde hace siglos los que han
gozado de las regalías de la propia explotación, han sido los extranjeros, y que
los mestizos, resultante de terribles prejuicios raciales, solo han sido la
fuerza bruta para satisfacer las necesidades de otros, y lo peor, que se ha
vendido lo que era nuestro, lo que siempre se había poseído. Pero lo más triste
es haber trabajado para recibir migajas por lo que había sido propio. Ilógico, absurdo,
¿no?
Bueno, como por ahí se dice, todos están ciegos y son ciegos
que pueden mirar, pero no pueden ver. Tal vez por ignorancia, o por inocencia,
o por-que aún no se tuvo la posibilidad de forjar un YO, menos un NOSOTROS, los
indígenas, después los criollos, los mestizos y los campesinos, se dejaron
ultrajar y utilizar de la forma más vil.
Dejaron corromper
su mente por dinero, por religiones que solo querían manipular y menospreciar
la sangre indígena, africana.
Resulta
difícil creer que los antepasados pensaron que era más importante, lo que
decían unos tipos con ínfulas de mucho en este país, pero que no eran nadie en su
patria natal, cómo dejaron de creer en las propias y verdaderas raíces, en su
cultura.
Aún más, duele imaginar que después de todo lo que ha
pasado, sigan existiendo ingenuos en la actualidad que se dejan comprar por un
par de billetes. ¿Hasta cuándo este país y su gente se dará cuenta que el
dinero no compra la identidad? Que la identidad es lo que se debe tener más
claro para poder transformar en patria a éste país de nadie.
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